Alergias tratradas con Acupuntura

Tratamiento de la alergia

 

La alergia se define como el estado de hipersensibilidad adquirida por la exposición a un alérgeno particular que el sistema inmunitario ha identificado erróneamente cono un invasor. Cuando sufrimos una nueva exposición a dicha sustancia se desencadena una nueva reacción más intensa. El sistema inmunitario se defiende del alérgeno identificado como invasor creando anticuerpos, lo cual hace que su cuerpo produzca histaminas. Las histaminas causan síntomas como los estornudos, el picor de ojos y los ojos llorosos.


El alérgeno es la sustancia capaz de producir la hipersensibilidad específica y puede tratarse de una proteína, extractos de ciertos alimentos, bacterias, pólenes, animales, etcétera.


El estilo de vida en los países muy industrializados, el aire contaminado que se respira en las grandes ciudades, la ingestión de alimentos con un contenido alto de conservantes, saborizantes  y colorantes, el consumo de tabaco, el aumento del consumo de medicamentos estrés y otros factores de riesgo favorecen la penetración en nuestro organismo de muchas sustancias que ponen en guardia a nuestro sistema inmunológico. Como consecuencia de esa activación se produce la elaboración de unas proteínas denominadas anticuerpos. El cometido fundamental de los anticuerpos es actuar como defensa frente a las infecciones. Cuando estos anticuerpos se fabrican para atacar a sustancias que se encuentran habitualmente en nuestro medio ambiente, en lugar de ir dirigida a organismos potencialmente nocivos, se desencadena una reacción contraproducente para nuestro organismo. La alergia podría entenderse, por tanto, como una reacción desproporcionada de nuestro sistema inmunológico ante determinados estímulos externos, que en individuos normales no generarían ninguna respuesta.


Diversos estudios epidemiológicos han concluido que en los últimos años se ha registrado un incremento notable de las afecciones alérgicas a lo largo de todo el mundo. Se estima que una de cada cinco personas sufre o ha padecido procesos alérgicos. En los próximos 20 años padecerán alergias la mitad de los europeos y el 30% de la población española.


Resulta muy difícil calcular el número exacto de personas que padecen alergias ya que las pruebas cutáneas frente a diferentes alérgenos ambientales comunes como pólenes, epitelios de animales, ácaros del polvo, etc. pueden dar positivas incluso en individuos que no manifiestan síntomas de alergias.
Las reacciones alérgicas pueden ser leves o graves. La mayoría de ellas consiste sólo en la molestia que causa el lagrimeo y el picor en los ojos, además de algunos estornudos. En el extremo opuesto, las reacciones alérgicas pueden poner en peligro la vida si causan una rápida obstrucción respiratoria, un mal funcionamiento del corazón o un descenso de la presión arterial que puede acabar en shock. Este tipo de reacciones se llaman anafilaxia y puede afectar a las personas sensibles en distintas situaciones, como poco después de comer ciertos alimentos, tras la toma de determinados medicamentos o por la picadura de una abeja.


Causas de la alergia en la medicina occidental


Hay numerosas causas que pueden predisponernos a padecer alergia. Los más habituales:

 

Uno de los factores decisivos en la aparición de procesos alérgicos en niños son los antecedentes alérgicos que afectan a los familiares de la madre y el padre. Durante los primeros meses de vida el niño entra en contacto con la mayoría de alérgenos a los que seguirá expuesto el resto de su vida. Debido a la inmadurez de su sistema inmunológico y a la elevada capacidad de absorción de las mucosas respiratoria y digestiva corre el riesgo de quedar sensibilizado. Por este motivo, es conveniente retrasar la introducción en la dieta de alimentos ricos en proteínas como el huevo, la leche de vaca, los pescados y las legumbres.

 

Aumento en la predisposición del individuo para sintetizar los anticuerpos específicos contra determinadas alérgenos del medio ambiente en el que viva.

El frío, el calor, la radiación solar, los agentes químicos…

 

Infecciones respiratorias en las primeras etapas de la vida pueden favorecer el desarrollo posterior de trastornos alérgicos.

 

En pacientes alérgicos la exposición continua al humo del tabaco agrava la irritación que el contacto con pólenes y ácaros provocan a nivel de su mucosa ocular, nasal y bronquial.

 

Cualquier medicamento puede producir una reacción alérgica, y es más frecuente en adultos que en niños.

 

La alergia alimentaria es más común en los niños que en los adultos. Los alimentos que aparecen implicados con mayor frecuencia son la leche de vaca, huevos, pescados, legumbres, frutos secos, crustáceos y fresas, colorantes, conservantes, antioxidantes, agentes aromáticos y potenciadores del sabor, espesantes y emulgentes endulzantes.

 

El polvo de las casas es una de las principales causas de alergia respiratoria en todo el mundo.

 

Durante los meses de primavera existen un gran número de partículas vegetales invisibles que  invaden la atmósfera produciendo reacciones alérgicas tanto por vía aérea como por contacto directo.

 

¿Cuáles son los síntomas de la alergia?

 

-Los síntomas más característicos de la alergia son:

-Congestión nasal.

-Picor de ojos.

-Congestión de bronquios.

-Picor del paladar.

-Picor de oídos.

-Las afecciones cutáneas como la urticaria, hinchazón de tejidos blandos y algún tipo de eccema y otras lesiones de la piel.

-Inflamación de la mucosa nasal.

-Estornudos repetidos.

-Rinorrea.

-Conjuntivitis.

-Cierre de la glotis.

-Shock anafiláctico en casos graves.

 

¿Cómo se diagnostica la alergia?


Existen diversas maneras de diagnosticar una alergia. Las pruebas diagnósticas más comunes que se emplean para detectarla son:

La historia clínica es el principal instrumento para obtener un diagnóstico fiable, en ella se deben incluir los antecedentes familiares.

 

Se debe revisar el estado de la piel buscando signos de atopía.

 

Auscultación cardiopulmonar para detectar ruidos respiratorios.

 

Exploración de la nariz y los oídos.

 

Determinación del flujo respiratorio.

 

Reproducción a nivel local de la reacción alérgica en la piel mediante la inoculación de cantidades ínfimas del alérgeno al que el paciente es sensible.

Detección de antígenos responsables de la enfermedad en la sangre del paciente. Se cuantifica la cantidad de Inmunoglobulina E  para determinar el grado de alergia y a qué se tiene alergia.

 

Provocación de la reacción alérgica con alérgenos ambientales por instilación de alérgenos e inhalación de las sustancias alergénicas.

Provocación medicamentosa para diagnóstico de alergias farmacológicas.

 

Todas las pruebas que hemos citado tienen asociado un riesgo y han de realizarse por personal sanitario  con experiencia y en centros hospitalarios que posean los medios necesarios para hacer frente a una reacción alérgica severa.

 

¿Cómo trata la Medicina Occidental la alergia?


Desgraciadamente hasta el momento no se ha conseguido curar la alergia y lo que se hace es evitar el contacto con el alérgeno en cuestión y si la exposición al alérgeno ya se ha realizado se alivian los síntomas de la alergia con medicamentos.


Los principales medicamento utilizados para  aliviar los síntomas de la alergia son los antihistamínicos que impiden la liberación de histamina.
Los de primera generación, más antiguos, tiene efecto sedante y producen sueño y aumento de apetito. Los más utilizados son: Azatadina, Dexclorfeniramina, Difenhidramina, Hidroxicina.


Los de segunda generación no producen sedación y los más utilizados son Cetirizina, Ebastina, Loratadina. Se deben evitar los tratamientos prolongados y las preparaciones tópicas ya que existe el riesgo de padecer una fotoalergia.


Medicación para dilatar las vías aéreas a través de una regulación del sistema nervioso autónomo. Se suelen administran por vía inhaladora  en aerosol y tienen un efecto inmediato contra la sensación de falta de aire.


Consejos para prevenir las alergias


Evitar aquellos lugares que concentren más cantidad de polen: parques, jardines, entornos rurales, etc. Evitar salir a la calle los días con mucho viento, ya que este puede arrastrar grandes cantidades de polen. Utiliza gafas para protegerte los ojos, e incluso una mascarilla. Las mayores concentraciones de polen se producen a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde.


No dejar secar la ropa al aire libre ya que se llenara de polen. Puede emplearse una secadora o colocar un tendedero en el interior de la vivienda.

 

Cuando el paciente regrese a casa es conveniente que se duche y se cambie de ropa para eliminar los restos de polen que se hayan podido quedar adheridos a las prendas y a la piel.


Evitar tener en casa plantas que puedan producir alergias.


Hay que evitar la acumulación de polvo en la casa. Evitar los suelos de moqueta, las alfombras, grandes cortinajes, los peluches, las sillas tapizadas, etc.

 

Ventilar la casa con frecuencia para evitar la humedad, ya que los ácaros proliferan a temperaturas superiores a los 20 ºC y humedades comprendidas entre el 70% y el 80%.


Las almohadas y los colchones tienen que estar fabricados con materiales sintéticos o que tengas fundas de materiales no permeables y si son anti-ácaros mejor.
Evitar tener contacto con mascotas.


Utilizar ropa de tejido naturales como el algodón y el lino y evita la lana y las fibras sintéticas.


Evitar la exposición al sol si se producen manchas en la piel.


En el caso de las dermatitis de contacto, evita todas aquellas sustancias que desencadenen los síntomas.


Colocar mosquiteras en las ventanas de la vivienda para evitar que los insectos accedan a la misma. Si la alergia a los insectos es severa debe llevar siempre encima epinefrina autoinyectable y acudir a un centro médico inmediatamente después de la picadura.


Debe conocer los alimentos que le producen alergia para evitar su consumo.


No fume y evite frecuentar lugares donde se concentre humo de tabaco ya que incrementa la respuesta alérgica y reduce los factores de defensa de la mucosa respiratoria frente a las infecciones.


Los olores fuertes que desprenden algunos productos también pueden originar alergia y agravar los síntomas y molestias.


Cómo prevenir la alergia en bebés y niños


No se debe exponer a los niños al humo del tabaco, ni durante la gestación, ni después del nacimiento. La embarazada no debe fumar, y tampoco deben hacerlo las personas de su entorno.


Se ha demostrado que amamantar al bebé retrasa la exposición del intestino a alimentos potencialmente inductores de reacciones alérgicas. Es recomendable mantener la lactancia durante los seis primeros meses de vida, y retrasar la introducción de pescados hasta los nueve meses, los huevos los doce meses y las legumbres hasta los quince meses.


Las alergias y la Medicina Tradicional China


En Medicina Tradicional China las alergias están causadas por una deficiencia de la energía defensiva Wei Qi y por una deficiencia de sangre (Xue) y enegía (Qi)


La medicina china considera que cada órgano esta relacionado con una estación del año y controlan ciertas partes del cuerpo.  Casi todas las manifestaciones de las alergias se producen en primavera, y el órgano que está asociado con la primavera es el Hígado. El hígado también es el encargado de filtrar los productos tóxicos de la sangre. No es extraño que llegue un momento en el que el hígado, sobrecargado, se estanque.


Para la medicina china el hígado controla los ojos, por eso uno de los síntomas que suelen acompañar a la alergia son ojos rojos, que pican y lagrimean.
Por tanto, el tratamiento de la Medicina china está enfocado a regular la energía defensiva Wey QI, tonificar la sangre del hígado y regular su energía.
También se trata la energía del Bazo ya que es el encargado del transporte y la transformación de los alimentos. Si el Bazo no funciona correctamente se produce una acumulación de humedad que con el tiempo se convierte en flema. En el caso de las alergias la mucosa que aparece en la nariz y en los pulmones es una manifestación de la acumulación de la flema mencionada. El Bazo es el encargado de transformar y eliminar esta flema.


También es recomendable que el paciente elimine el consumo de productos lácteos en general, ya que estos producen mucha mucosa en el Intestino Grueso, y el Intestino Grueso en Medicina China forma plano con el Pulmón y con el tiempo este exceso de flema va a pasar al pulmón agravando aún más los síntomas de la alergia.


El Pulmón, a su vez, es el encargado de la circulación del Qi defensivo y controla la piel. Por lo que una deficiencia de Qi pulmón implica una deficiencia de la energía defensiva y los factores patógenos externos pueden penetrar en el organismo con mayor facilidad y aparecerán síntomas cutáneos, tos, problemas respiratorios, etc...       


Además del tratamiento con Acupuntura podemos pautar al paciente el uso de fitoterapia china para tonificar los órganos afectados y sinergizar el efecto de la acupuntura obteniendo unos resultados aún mejores.


Estas son las líneas generales del tratamiento, pero hay que realizar una correcta diferenciación de síndromes para ajustar el tratamiento a cada paciente, ya que en Medicina China no se tratan enfermedades si no enfermos, y no se puede aplicar el mismo tratamiento a todos los pacientes. Los puntos utilizados durante el tratamiento van variando en función de la evolución del paciente.


La pregunta que la mayoría de los pacientes me hacen en la consulta es ¿Cuantas sesiones son necesarias para notar una mejoría? Hay muchos factores implicados en la respuesta de esta pregunta cómo cuánto tiempo lleva el paciente padeciendo la alergia, la cantidad de medicamentos que ha consumido (los medicamentos afectan a las funciones del Bazo y del Hígado) y como de fuerte es la reacción alérgica resultante. Por regla general los pacientes comienzan a notar una mejoría de sus síntomas a partir de las cuatro o cinco sesiones.


Lo más efectivo es comenzar con el tratamiento preventivo antes de la llegada de la primavera y así evitar los desagradables síntomas de la alergia. Lo normal es acudir a la consulta una vez por semana a no ser que el paciente se encuentre con un ataque agudo de alergia o presente una deficiencia de energía muy acusada, en este caso el paciente debe recibir el tratamiento dos o tres veces por semana.


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