El sábado 29 de diciembre un familiar ingreso en el hospital de la Fe en Valencia de parto tras expulsar el tapón mucoso en casa.

Fue hospitalizada a las 10 de la mañana, pero no dilataba y las contracciones eran muy cortas. Desde las 10 hasta las 17.30 apenas había dilatado un centímetro. Los médicos la tranquilizaban y decían que al día siguiente le provocarían el parto.

Naturalmente yo no podía consentir que estuviera de parto más de 24 horas para que agotara todas sus fuerzas y al final le tuvieran que practicar una cesárea.

En cuanto llegue al hospital hablé con la comadrona que tenia asignada para comentarle que le iba a utilizar Acupuntura para ayudarle a dilatar y al mismo tiempo aportarle energía extra para que en el momento del parto todo fuera bien. No la convenció mucho pero no me puso pegas. Ella me insistía en que la “pinchara algo para el dolor” por que ella pensaba que habría que ponerla la epidural por qué no aguantaba muy bien el dolor. Yo la insistí en que el tratamiento que pensaba utilizar no la iba a calmar el dolor, al contrario las contracciones serían más fuertes. Me despidió diciendo que hiciera lo que tenía que hacer, pero que hasta que ella no considerara que estuviera lista no la iban a bajar.

Con el “beneplacito” de la comadrona comenzamos el tratamiento. Utilicé solamente 6 agujas en las piernas y en los pies del calan de Bazo, Estómago y Vejiga.

En unos 30 minutos las contracciones se hicieron más continuas en el tempo, aunque seguían siendo cortas en cuanto a su duración. Avisamos a la comadrona para que la revisase. Había dilatado casi 3cm. Nos indicó que andará un poco y continuásemos con el tratamiento.

Así lo hicimos y transcurridos unos 45 minutos durante los cuales las contracciones se volvieron más largas y continuas volvimos a avisar a la comadrona. Tras revisarla y ver que ya había dilatado lo suficiente la envío al paritorio.

Al final No hizo falta ni epidural ni oxitocina, y a las 21:45 nació el bebe. El cuadro Médico que le asistió comento que hacia muchos años que no veían un parto así de bueno, sobre todo de una primeriza.

Al día siguiente la comadrona a la que no convencía mi tratamiento bajo a visitarla y a enterarse de como había transcurrido el parto.

Sólo me queda desear al pequeño que el resto de su vida sea tan fácil como su nacimiento.

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