Los trece puntos de las Almas en Pena o “Gui”

El presente trabajo es parte de
un material considerablemente más extenso que versa sobre el fenómeno del
psiquismo. Comenzó a escribirse en 1998 y parecía terminado, pero no ha sido
hasta ahora que nos lo ha parecido mejor. Inicialmente tuvo el título
provisional “La Mente, sus Procesos y sus Trastornos a la Luz de la Medicina
China Tradicional”, pero posteriormente nos pareció más ajustado a sus
intenciones abarcadoras llamarle “Los Fenómenos del Nivel Psicológico desde la
Perspectiva de la Medicina China Tradicional”.

En este se abarcan sus conceptos
generales, las manifestaciones caracterológicas que delimitan las cualidades de
los diversos tipos de personas o de personalidades básicas, precisando algunas
de sus definiciones que datan aproximadamente del siglo II a.n.e., los tipos de
desequilibrio que suelen concomitar con las enfermedades mentales de la
medicina occidental moderna y variados conceptos y formas de abordaje
terapéutico, entre otros asuntos.

“Los Trece Puntos de las Almas en
Pena” es uno de los temas que lo integran. Tiene en interés y la riqueza de
posibilitarnos hacer un breve recorrido a lo largo de la extensa diversidad que
nos ofrece la historia de la MChT, y la peculiaridad de arrostrarnos a algunas
de las más interesantes peculiaridades de esta milenaria medicina.

Los Puntos

Existen 34 nombres para designar
23 puntos que tienen alguna denominación que comienza con el vocablo “Gui”.
Esta voz puede traducirse como demonio, fantasma, espectro, aparecido y alma en
pena. Estos puntos, ordenados alfabéticamente según el nombre que lleva el
vocablo “Gui” son

Gui Cang, Ren-1
Gui Men, Du-22
Gui Cang, Yin Nang Xia (Extra.)
Gui Shi, Ren-24
Gui Chen, IG-11
Gui Shi, Du-26
Gui Chuang, E-4
Gui Shou, P-5
Gui Chuang, E-6
Gui Tang, Du-23
Gui Gong, Du-26
Gui Tang, P-5
Gui Ke Gong, Du-26
Gui Tui, IG-11
Gui Ke Ting, Du-26
Gui Yu, Shi Xuan (Extra.)
Gui Ku, Pc-8
Gui Xie, IG-10
Gui Ku, Pc-5
Gui Xie, E-36
Gui Lei, B-1
Gui Xin, P-10
Gui Lin, Du-16
Gui Xin, Pc-7
Gui Lin, E-6
Gui Xin, P-11
Gui Lu, Du-28
Gui Xin, P-9
Gui Lu, V-62
Gui Xue, Du-16
Gui Lu, Pc-5
Gui Yan, B-1
Gui Lu, Pc-8
Gui Zhen, Du-16

De estos 23 puntos, diferentes
autores han seleccionado trece de ellos que han considerado de particular
importancia en el tratamiento de trastornos psiquiátricos del nivel psicótico,
en lo fundamental. Por la severidad de los trastornos que con ellos se tratan y
por el sufrimiento que estos desórdenes implican para el paciente, se ha
considerado más preciso, a la vez que más elocuente, emplear la acepción de
“los trece puntos para las almas en pena”. Resulta curioso que, si bien existen
algunas diferencias en relación con los puntos que seleccionan, la cantidad de
trece se ha mantenido como parte de este método terapéutico tan específico, sin
que hayamos encontrado una justificación satisfactoria.

Interpretación y prejuicio.


Bian Que fue un renombrado médico
que sitúa entre los siglos V y IV antes de nuestra era . Si bien no existe un
documento de la época que lo avale, se suele asumir que fue Bian Que el primero
en emplear y recomendar el empleo de trece puntos para el tratamiento de los
pacientes que presentaban accesos o padecían de lo que la tradición llamó Dian
Zheng o “locura tranquila” y Kuang Zheng o “locura agitada”.

Alguno de los diversos nombres
que se daba a cada uno de los trece puntos empleados por Bian Que comenzaba con
el vocablo “Gui”, lo que favoreció que se acuñaran denominaciones tales como
las de “puntos demoníacos” y “puntos fantasma” como consecuencia de su
traducción. Esto, unido a la comprensión muchas veces incompleta del
pensamiento médico tradicional chino y al íntimo sentido que la palabra demonio
tenía en la china antigua, ha propiciado que no pocos autores occidentales
interpreten que, en la medicina china clásica, se atribuían los trastornos de
nivel psicótico a la influencia o penetración en el organismo de fantasmas o
demonios.
Con independencia de la
concepción del mundo y de las creencias de cada autor, para el pensamiento
médico clásico chino, lo que se ha interpretado como fantasma o demonio aludía,
en este caso específico, a lo imaginario, a lo inexistente. Por solo citar dos
ejemplos, en varios textos relacionados con el amor y la sexualidad se
mencionan frases tales como “copular, yacer o montar fantasmas”. Con esto se
hacía referencia a la masturbación, a los sueños eróticos, a la polución
nocturna y a otras fantasías solitarias de esa naturaleza.
Por su parte, Huang Fu Mi,
eminente médico que vivió entre los años 215 y 282, en el capítulo primero del
7º libro de su obra Jia Ji Jing, dedicado a las “Lesiones por Frío y
Enfermedades Febriles por afecciones de los Seis NIveles”, se refiere al
encanto, hechizo o fascinación que pueden presentarse en estados de excitación
de carácter psicótico de estas afecciones empleando la frase “con apariciones
de fantasmas o espectros”.
A su vez, en los textos clásicos
a partir del Su Wen, cada vez que se alude a trastornos mentales severos,
locura u otras designaciones semejantes, entre sus causas no se incluyen ni
fantasmas ni demonios. En su etiología, se invocan factores patógenos externos,
endógenos y Bu Nei Wai Yin. Incluso, en el capítulo 47 del Su Wen, al mencionar
la etiología de ciertos trastornos mentales, se hace referencia a las
alteraciones emocionales de la madre durante el embarazo que afectan la esencia
y el Yang del feto.
Las alusiones a fantasmas en la
MChT cuando se trata de desórdenes mentales, indican la presencia de
alucinaciones, alucinosis e ilusiones en el cuadro clínico. Así, cuando se dice
“los fantasmas no se retiran de inmediato”, se alude a la paulatina remisión de
las alucinaciones. Cuando describen una modalidad de la patoplastia con la
frase “obsesión por fantasmas perversos o demonios malignos”, se están
refiriendo a un cuadro alucino-delirante presumiblemente con ideas de daño y
otras características similares. Si hablan de “ver fantasmas”, nos están
diciendo “alucinaciones visuales”. En buena medida, estas denominaciones
reflejan también la manera en que los pacientes referían sus síntomas y
vivencias dentro de su contexto cultural concreto.
La asociación de los “fantasmas”
con manifestaciones en el pulso y en la lengua, entre otros signos, el
atribuirlos a factores etiológicos concretos, así como vincular su desaparición
con la ingestión de medicamentos, con puntos acupunturales y con manipulaciones
instrumentales específicas, no permiten siquiera sospechar que la concepción
médica tradicional china de estos trastornos se asentará en un fundamento
mítico-mágico.

Las fuentes, sus aportes y sus
características fundamentales.

Algunos autores atribuyen a Sun
Si Miao (581-682) la descripción y empleo de estos trece puntos. Sin embargo,
si bien llegan hasta nuestros días gracias a una obra de este autor llamada Bei
Ji Qian Jin Yao Fang , Sun Si Miao confiesa no hacer otra cosa que transcribir
lo que al respecto se atribuye a la autoría de Bian Que. Esto queda tácita e
indudablemente recogido en el capítulo 14 de la mencionada obra. Por
consiguiente, al citar a Sun Si Miao, no hacemos más que ratificar lo atribuido
a Bian Que.

Dada la evidente efectividad de
estos puntos, varios textos publicados durante la Dinastía Ming (1368-1644),
vuelven a mencionar estos puntos. Estas referencias aparecen en las obras Zhen
Jiu Da Quan , Zhen Jiu Ju Jing y Zhen Jiu Da Cheng . A estas tres últimas obras
hemos podido acceder indirectamente, a través de una síntesis elaborada por Ye
Cheng Gu, tradición y conocimientos heredados, en buena medida, de su padre, Ye
Xin Qing, de quien se dice que era un experto en el tratamiento de enfermedades
mentales. Esta síntesis consiste en una sola versión basada en las obras
citadas. En la propia obra de Ye Cheng Gu se cita a Xu Qiu Fu quien publicó sus
criterios y experiencias respecto a los trece puntos durante la Dinastía Song
(960-1279).

Por otra parte, hemos podido
tener acceso a una obra, llamada Shen Ying Jing, escrita por Liu Jin en 1425,
de la que se afirma que Yang Ji Zhou incluyó íntegramente en el Zhen Jiu Da
Cheng, sólo que con un ordenamiento diferente.
Esto permite suponer que está
basada en la experiencia acumulada en los últimos años del siglo XIV y primeros
del siglo XV, por lo que expresa criterios esencialmente desarrollados durante
las Dinastías Jin y Yuan (1115-1368). Sus diferencias con la síntesis de Ye
Cheng Gu evidencian que es portadora de una concepción diferente de la
representativa de la Dinastía Ming.
Estas diferencias no implican las
imprecisiones que pudieran surgir como consecuencia de una síntesis, ya que el
texto Zhen Jiu Da Cheng es una obra compuesta por ocho libros, por lo que este
autor contemporáneo debió basarse en otra fuente. De esta manera, al comparar
estas cuatro obras, podemos confrontar cuatro concepciones diversas que abarcan
desde los siglos V o IV a.n.e. hasta el año 1601 con una fidelidad aceptable, a
juicio nuestro, y nos permiten profundizar más y mejor en el pensamiento de los
clásicos acerca de “los trece puntos para las almas en pena”. Estas cuatro
fuentes mencionadas aportan lo siguiente:
a) las que aparecen en el texto
de Sun Si Miao que, por respetar la experiencia atribuida a Bian Que, pudieran
abarcar el conocimiento acumulado durante algo más de un milenio.
b) las reflejadas en la obra de
Xu Qiu Fu la experiencia desarrollada durante la dinastía Song (960-1279).
c) las de Liu Jin que abarcan, en
buena medida, las modificaciones introducidas desde el año 652 hasta 1425.
d) las que corresponden a la
síntesis elaborada por Ye Cheng Gu, que abarcan criterios surgidos desde 1429
hasta 1601, en lo fundamental.
Las enjundiosas diferencias.

Entre el resumen de los autores
de la Dinastía Ming y lo planteado por Sun Si Miao, existen algunas
diferencias.

Sun Si Miao plantea que tanto el
noveno como el quinto punto se llaman Gui Lu, mientras que en la síntesis de la
Dinastía Ming se dice que el nombre del noveno punto es Gui Ku. Gui Lu puede
traducirse como “el camino o el sendero del alma en pena” y con ese mismo
nombre se designaron los puntos V-62 y Pc-5. Posteriormente, a Pc-5 se le
denominó Gui Ku, que quiere decir “la caverna del alma en pena”, y ese mismo
nombre se le dio también a Pc-8.

De manera similar, en la obra de
Sun Si Miao se dice que el cuarto punto es Gui Xin, “el corazón del alma en
pena”, localizando este punto en la cara palmar de la eminencia tenar, a mitad
de camino hacia el pliegue de la muñeca, por lo que coincide con P-10 ,
mientras que los autores de la Dinastía Ming señalan que se trata de Pc-7, que
también recibe este mismo nombre.

A juicio nuestro, tanto la
experiencia reflejada en los textos de la Dinastía Ming como la recogida por
Sun Si Miao tienen vigencia, por lo que es incorrecto seleccionar uno en
detrimento del otro por cualquier razón que no sean las peculiaridades del
paciente concreto.

Esta falta de concordancia en las
fuentes obedece, por un lado, a un problema de nomenclatura, divergencia
comprensible desde la perspectiva del complejo desarrollo histórico del
territorio que la contemporaneidad reconoce como China durante un lapso de unos
20 a 22 siglos, además. Por otro, no debe olvidarse que estos trece puntos se
emplean en el tratamiento de una variedad de problemas de salud que abracan una
diversidad muy amplia, entre las que se incluyen las esquizofrenias, otras
psicosis con cuadros clínicos de exaltación o agitación y estados de estupor,
así como la enfermedad maníaco-depresiva y algunas psicosis sintomáticas entre
otros trastornos de nivel psicótico. Adicionalmente, cada persona ha
desarrollado el estado de su salud a partir de cualidades funcionales
intrínsecas que difícilmente son idénticas e inmersas en condiciones
ambientales, nutricionales, sociales, personales y otras de carácter externo,
también diferentes.

Por consiguiente, atendiendo a
las características de cada paciente, si predomina la agresión o el avance del
Fuego sobre el Metal, por ejemplo, puede ser aconsejable emplear P-10, mientras
que si sólo predomina la Hiperactividad del Fuego, sea preferible Pc-7 y, en
determinados casos puede resultar prudente el empleo de ambos. También debe
tenerse en cuenta que, dado que clásicamente los puntos se designan por su
nombre, aplicar uno, otro o ambos, no tiene que implicar una modificación del
postulado terapéutico.

Estas dos primeras fuentes, esto
es, la obra de Sun Si Miao y la síntesis de diversos autores de la Dinastía
Ming, recomiendan el empleo de estos puntos con un determinado orden que
algunos suponen invariable, aunque existen razones de suficiente peso para
ponerlo en duda.

Entre las dos secuencias
preconizadas, existe una sola diferencia, la que, a juicio nuestro, está
relacionada con el tipo de cuadro clínico que presenta el paciente.

Las dos secuencias de puntos son:

Síntesis de la Sun Si Miao Dinastía Ming

1.- Du-26 Du-26
2.- P-11 P-11
3.- B-1 B-1
4.- P-10 Pc-7
5.- V-62 V-62
6.- Du-16 Du-16
7.- E-6 E-6
8.- Ren-24 Ren-24
9.- Pc-5 Pc-5
10.- Du-23 Du-23
11.- Gui Cang Gui Cang
12.- IG-11 IG-11
13.- HaiQuan o Gui Feng o She
Feng->Hai Quan

En el propio capítulo 14 del
texto Bei Ji Quan Jin Yao Fang, luego de enunciar los trece puntos, Sun Si Miao
añade:
“Para los casos de hablar
disparatadamente, es mejor aplicar 14 conos de moxa en Xuan Ming ; surtirá
efectos mejores si se corta con un cuchillo fino este frenillo. Para casos de
pérdida de conocimiento, el punto Feng Fu (Du-16). Para casos de locura agitada
con palabras insolentes, furia y marcha enloquecida, puede emplearse Gui Yu
(Shi Xuan, Extra.). Para el paciente melancólico con los cuatro miembros
pesados , Gui Men (Du-22). La furia y el insulto con marcha incesante mejoran
con Gui Xie (E-36). Los síntomas de pesadez y dolor en los cuatro miembros se
curan con Gui Shou (P-5). Si habla incesantemente, punzar Gui Ke Ting (Du-26).”
Lo que se acaba de exponer hace
pensar que, en la concepción expuesta por Sun Si Miao, no prevalecía el
criterio de emplear mecánica e invariablemente los trece puntos. Para esta
afirmación nos basamos en los siguientes elementos de juicio:
a) Sun Si Miao dice reproducir
los trece puntos empleados por Bian Que; éste les da el mismo orden que su
predecesor, lo que no implica que se tuvieren que emplear todos los puntos en
todos los trastornos ni que ese orden necesariamente fuere siempre secuencial.
b) Al incluir en el mismo
capítulo y refiriéndose a los mismos trastornos cuatro puntos no considerados
dentro de los trece con indicaciones precisas, habla en favor de variaciones en
función de las características del cuadro clínico.
c) Mencionar el empleo de Du-16 y
Du-26, incluidos en los trece puntos, pero especificando su utilización en
circunstancias concretas, puede ser un indicador de que éstos no se empleaban
siempre, al menos con el mismo sentido prioritario, sino que se incluían cuando
el paciente presentaba determinadas manifestaciones.
Además de estos tres elementos de
juicio, tenemos las contribuciones de Xu Qiu Fu. Éste sustituyó el término
“puntos para las almas en pena” por el de “puntos para las enfermedades de las
almas en pena”. Más que una diferencia estrictamente semántica, la diferente
denominación implicaba también un cambio conceptual: el abandono de la relación
de los puntos seleccionados con el nombre y sustituirlo sólo por el de sus
efectos.
Este autor de la Dinastía Song
(960-1279) recomendaba para el tratamiento de estas afecciones los puntos
Du-26, Du-16, Ren-24, E-6, P-11, Pc-7, B-1, Gui Feng y Pc-5, todos incluidos
tanto en la obra de Sun Si Miao como en la síntesis confeccionada por Ye Cheng
Gu, salvo Pc-7, que sólo aparece citado por este último autor. También
recomienda el empleo de Du-24, E-17, VB-34 e H-2. Ninguno de estos cuatro
últimos puntos se identifica con algún nombre que contenga el vocablo “Gui”.
A pesar de que el primer y el
último de los primeros nueve puntos coinciden con el primero y el noveno de las
dos referencias mencionadas con anterioridad, el orden de los puntos
intermedios difiere de ambos. Además, este autor no hace énfasis alguno en su
orden, no aclara si siempre se emplean todos o si se puede emplear parte de
ellos, ni especifica qué tipo de estimulación deber hacerse en E-17, punto en
el que el resto de los autores conocidos proscriben el empleo tanto de agujas
como de moxas.
Si unimos estos elementos a los
criterios terapéuticos tradicionales clásicos, podemos atribuir estas aparentes
omisiones a un criterio flexible de empleo, por lo que no es necesario aclarar
lo que está implícito en la doctrina.
Este autor nos aporta tres
elementos de juicio importantes para la comprensión de esta técnica de
tratamiento:
a) que no necesariamente hay que
emplear los mismos trece puntos en el tratamiento de los desórdenes mentales
severos.
b) que el orden de los puntos no
necesariamente habrá de ser el mismo para obtener los resultados esperados.
c) al asociar Pc-7 con H-2 y
VB-34, está enfatizando que el empleo de estos puntos es en aquellos casos en
los que se requiera calmar el fuego y sacar calor, tanto del movimiento madera
como del movimiento fuego.
En la obra de Liu Jin conocida
como Shen Ying Jing, en su decimoprimer capítulo, titulado “La Categoría de las
Lesiones del Corazón , la Manía y el Retraimiento ”, dice:
“Para la obsesión por fantasmas
perversos: Pc-5. Continúe estimulando entonces los siguientes trece puntos: El
primero, Gui Gong (Du-26). El segundo, Gui Xin (P-11). El tercero, Gui Lei
(B-1). El cuarto, Gui Xin (P-9). Es innecesario estimular todos estos puntos.
No más de 5 ó 6 yo diría”. (…) “Se deben comenzar a retirar las agujas desde el
lado izquierdo en los pacientes varones y desde el lado derecho en las
pacientes femeninas. Si esta cantidad de puntos no surten el efecto deseado,
estimúlenlos todos.”
Y más adelante continúa: “El
quinto es Gui Lu (V-62;) purgar siete veces con la aguja calentada al rojo y
emplearla 2 ó 3 veces en cada oportunidad. El sexto es Gui Zhen (Du-16). El
séptimo es Gui Chuang (E-6). El octavo es Gui Shi (Ren-24). El noveno es Gui
Gong (Pc-8). El décimo es Gui Tang (Du-23); purgar siete veces con aguja
caliente al rojo. El onceno es Gui Cang (Ren-1); aplicar tres conos de moxa. El
duodécimo es Gui Chen (IG-11); use aguja caliente al rojo. El décimotercero es
Gui Feng (o Hai Quan , Extra.). Uno debe operar con estos puntos en orden. La
combinación de agujas y calor es la regla.”
Esta concepción se diferencia del
resto en lo siguiente:
a) comienza con Pc-5, pero no
incluye este punto dentro de los trece, empleándolo como un punto necesario
para que los demás puedan ejercer sus efectos convenientemente; esto a su vez
implica que este autor emplea catorce puntos.

b) en el cuarto lugar de la
secuencia, sitúa a P-9 en lugar de P-10, Pc-7 ó E-6 como las otras tres
referencias citadas.

c) en el noveno lugar de la
secuencia, sitúa a Pc-8 en lugar de Pc-5.
d) en el decimoprimer lugar de la
secuencia, sitúa a Ren-1 en lugar del punto extraordinario Gui Cang.
En relación con el orden de los
puntos, plantea que los puntos deben emplearse en orden, pero esto no implica que
necesariamente ese orden tenga que obedecer a una secuencia rígida que abraque
los trece puntos. En cuanto a los puntos a emplear, es categórico en que hay
que comenzar con Pc-5 para luego continuar con el resto, pero es igualmente
categórico a que no se empleen más de 5 ó 6 puntos, salvo que no se logre el
efecto terapéutico. Sólo en este último caso enuncia la posibilidad de emplear
los catorce puntos si fuere necesario.
El método recomendado por Liu Jin
para el empleo de estos puntos es aplicable a cuadros alucino-delirantes de
nivel psicótico, en lo fundamental. En el resto del capítulo prosigue
recomendando puntos y combinaciones de puntos en diferentes trastornos mentales
severos. El texto, en general, es como un “Vademecum Acupuntural”, en el que sucintamente
se expone el tratamiento casi exclusivamente sin profundizar en el cuadro
clínico.
Algunas conjeturas.
Todos los elementos de juicio
expuestos hasta este momento nos conducen a las siguientes conclusiones:
a) que los trece puntos para las
almas en pena se emplean en un conjunto de trastornos mentales graves, entre
los que se incluyen muchos síndromes convulsivos y de nivel psicótico, los que
a su vez integran diversas entidades nosológicas tanto para la MChT como para
la medicina occidental moderna, por lo que no se puede esperar que en todos
ellos se deban emplear los mismos puntos en un mismo orden y obtener los mismos
resultados.
b) que las diferencias entre los
autores revisados derivan tanto de variantes propuestas por éstos, como de que
fueron recomendados para entidades y manifestaciones clínicas diversas.
c) que todo parece indicar que
nunca se recomendó el empleo de todos los puntos mecánicamente, sino que
siempre prevaleció la doctrina de emplear solo los puntos necesarios, ajustados
a las exigencias de cada paciente concreto.
d) que las manipulaciones
instrumentales recomendadas en cada punto por los diferentes autores están en
correspondencia con las características y necesidades generales de cada cuadro
clínico tratado.
e) que esta técnica de
tratamiento tradicional, que demostró eficacia durante algo más de 2000 años
(ateniéndonos solo a la literatura consultada) debe considerarse de utilidad,
aún en la actualidad.
f) que las diferencias entre los diversos
autores no se niegan entre sí, sino que enriquecen la experiencia acumulada por
la milenaria tradición médica china.
g) que los puntos reconocidos y
denominadas como con efectos “demoníacos” o “para las almas en pena” por la
totalidad de los autores consultados, no son trece, sino veinticinco. Estos
son: Du-26, P-11, B-1, P-9, P-10, P-5, Pc-5, Pc-7, Pc-8, V-62, Du-16, Ren-24,
Du-23, Ren-1, IG-11, Hai Quan, Du-24, VB-34, Du-28, E-17, H-2, Shi Xuan, E-36 y
Du-22.

h) que en ningún caso, ningún
autor aclara ni sugiere, por qué la cifra de trece puntos, dando la impresión
de que, a partir de Bian Que se estableció la tradición de mencionar algo así
como los “trece puntos supremos”, no existiendo ninguna razón especial para esa
cantidad específica.
Tratando de precisar los
procedimientos.
Como se habrá podido apreciar, a
pesar de que algunos autores de occidente hablan de insertar agujas en estos
puntos simplemente, los procedimientos y las técnicas parecen ser un tanto
menos simples, aunque no en todas las fuentes se detallan.
Existen algunas diferencias en
las maniobras recomendadas en cada punto por Sun Si Miao, las recomendadas en
el resumen de los autores de la Dinastía Ming y las sugeridas por Liu Jin,
diferencias que parecen tener su origen en las mismas características de las
desarmonías apuntadas con antelación.
Dadas estas diferencias, las
describiremos por separado. En lugar de identificar cada punto con su nombre,
lo haremos con su número que identifica el orden de su aplicación, esto es, su
lugar en la secuencia. En cada caso en que existan diferencias en la
manipulación, identificaremos con la letra “a” la correspondiente a las obras
más antiguas, con la letra “b” las de la Dinastía Ming y con la “c”, las
recomendadas por Liu Jin. Cuando no existan diferencias en las maniobras
sugeridas, se insertará la palabra “todos”. Estas son:
1.- (Du-26 en los tres casos):

a) Insertar la aguja por la
izquierda y hacerla salir por la derecha del punto.
b) Insertar la aguja a 0.3 cun de
profundidad.
c) Insertar aguja.

2.- (P-11 en los tres casos):

(Todos) Insertar la aguja a 0.3
cun de profundidad.
3.- (B-1 en los tres casos):
(Todos) Insertar la aguja a 0.2
cun de profundidad.
4.- (a = P-10; b = Pc-7; c =
P-9):
(Todos) Insertar la aguja a 0.5
cun de profundidad.
5.- (V-62 en los tres casos):
(En los casos de “a” y “b”) Tres
estimulaciones con aguja caliente.
c) Dos a tres estimulaciones con
aguja caliente por siete aplicaciones.
6.- (Du-16 en los tres casos):
a) Tres estimulaciones con aguja
caliente.
b) Insertar la aguja a 0.3 cun de
profundidad.
c) Insertar aguja.
7.- (E-6 en los tres casos):
a) Tres estimulaciones con aguja
caliente.
b) Insertar la aguja a 0.5 cun de
profundidad.
c) Insertar aguja.
8.- (Ren-24 en los tres casos):
a) Insertar la aguja oblicuamente
hacia la derecha.
b) Insertar la aguja a 0.3 cun de
profundidad.
c) Insertar aguja.
9.- (a y b = Pc-5; c = Pc-8):
(“a” y “b”) Insertar la aguja a
0.3 cun de profundidad.
c) Insertar aguja.
10.- (Du-23 en los tres casos):
a) Tres estimulaciones con aguja
caliente.
b) Insertar la aguja a 0.2 cun de
profundidad.
c) Insertar aguja caliente siete
veces.
11.- (a y b = Gui Cang; c =
Ren-1):
a) Aplicar tres conos de moxa.
b) Insertar la aguja a 0.3 cun de
profundidad.
c) Aplicar tres conos de moxa.
12.- (IG-11 en los tres casos):
a) Tres estimulaciones con aguja
caliente.
b) Insertar la aguja a 0.5 cun de
profundidad.
c) Insertar aguja caliente.
13.- (Hai Quan en los tres
casos):
a) Insertar la aguja atravesando
la lengua desde la cara inferior hasta sacar la punta por la cara superior.
b) Sangría.
c) Insertar aguja.

1 Aproximadamente entre los años
407 y 310 a.n.e.2 Escrita aproximadamente en el
año 652.

3 Escrito por Xu Feng en 1429.
4 Escrito por Gao Wu en 1529.

5 Atribuido a Yang Ji Zhou y
publicada en 1601.
6 Entre el 407 a.n.e. y el 652
n.e. aproximadamente.
7 Uno de sus nombres es
precisamente Gui Xin.
8 Gui Cang: En el hombre, se
sitúa en el periné, en la hendidura inferior del escroto. La mayoría de los
autores lo interpretan como Ren-1, pero algunos pocos lo reconocen como el
punto extraordinario Yin Nang Xia, localizado sobre el primer pliegue,
inmediatamente por detrás del escroto, al nivel de la línea media. En la mujer,
sobre la línea media también, en el punto medio entre la comisura anterior de
los labios mayores y la de los labios menores, inmediatamente por delante de la
raíz del clítoris.
9 Hai Quan (o Gui Feng o She
Feng): Sobre el frenillo sublingual, en su punto medio.
10 Nombre que solo Sun Si Miao da
al punto Du-28.
11 Parece como si aquí incluyeran
al estupor depresivo.
12 O que trastornan la mente.
13 Alude al síndrome Luang.
14 Alude al síndrome Dian.
Fuente medicinaholisticageneral.com/2015/04/08/acupuntura-los-trece-puntos-de-las-almas-en-pena-o-gui

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