Una carta de paciente que después de varios intentos con fecundación invitro consiguió quedase embarazada en la última transferencia que les quedaba del ciclo de FIV gracias al tratamiento de acupuntura.
Ya hice un ciclo de acupuntura un año y medio antes para recuperarme de una situación de estrés en el trabajo. Fue aquella acupuntora que, al marcharse de Madrid, me dio el número de Fernando. En él mientras empecé un ciclo de FIV y nunca pensé que fuera compatible con la acupuntura.
A principios de diciembre, después de la segunda transferencia, volví a buscar el número y llamé a Fernando porque no conseguía recuperarme psicológicamente del segundo fracaso. Ya no sabía si era un tema de coagulación de la sangre, un problema de ovocitos, u otro tipo de problema. Me parecía imposible lograrlo. Fue entonces que decidí centrar todos los esfuerzos y acompañar la transferencia del blasto congelado que nos quedaba con la acupuntura, fitoterapia y moxa combustión.
Me transfirieron el blasto a finales de enero, el análisis de la beta la tenía después de dos semanas. Seguí con la fitoterapia, moxa combustión y en lugar de las agujas el acupuntor empezó a aplicarme el láser.
Después de una semana de la transferencia e inesperadamente, el acupuntor me dijo que tenía el pulso tenso, y que era típico de las embarazadas. Esto fue una sorpresa enorme ya que no notaba ningún síntoma y no me esperaba recibir la noticia tan pronto.
Impaciente, a los dos días hice un test de farmacia y dio positivo, igual que la beta después unos días mas tarde. No creo que lo hubiera conseguido sin un tratamiento de acupuntura que hubiera tonificado la sangre y fortificado hígado y riñones para aportar la sangre necesaria y garantizar un nivel suficiente de endometrio.
También me sorprendió la reacción positiva de mi ginecólogo y del hematólogo cuando les comente que estaba haciendo un tratamiento alternativo: la medicina China esta generalmente aceptada para acompañar y a veces sustituir tratamientos de medicina tradicional. AU
