Esta medicina milenaria parte de una teoría llamada “los cinco reinos mutantes”, que comprende como prioritarios cinco órganos en nuestro cuerpo que se nutren, inhiben y cancelan, y de ahí las manifestaciones de lo que nosotros solemos llamar enfermedad pero que los chinos conocen como desequilibrios, provocados por no disfrutar la vida y perder nuestra conexión con el todo, con el Tao.
Estos son algunos ejemplos de situaciones que nos causan desequilibrios: enfocarnos en las emociones negativas, tener malos hábitos alimenticios, hacer poco o nada de ejercicio, estar desconectados de la naturaleza, no tener un pasatiempo que nos apasione, sentir baja autoestima, vida sexual insatisfecha y falta de empatía, por mencionar algunos.
Para los chinos la salud puede restablecerse recuperando el balance entre los cinco órganos y ello se puede hacer por tres caminos, siendo el primero de ellos el que debe procurarse. El camino primordial es la medicina de la excelencia, aquella que previene los desequilibrios; se refiere a los buenos hábitos como la nutrición, el sueño de calidad y el ejercicio, entre otros, que nos mantienen saludables.
Luego está la medicina regular, aquella que usamos cuando ya hay un desequilibrio en nuestro cuerpo y tenemos los primeros síntomas, por ejemplo, un antibiótico para el virus que nos provocó esa infección en la garganta. Finalmente está la medicina mediocre o vulgar, la que utilizamos una vez que estamos enfermos por completo, regularmente empleada para cubrir los síntomas, por ejemplo, nuestro antihistamínico para reducir los signos del resfriado.
De acuerdo con la medicina tradicional china cada uno de los cinco órganos genera determinada energía, qi, para propósitos específicos y posee una víscera que pone en marcha ese combustible. Regresar el equilibrio a cada órgano depende de mantener sus características dentro de su naturalidad, por ejemplo, a cada órgano se le atribuye una emoción positiva y negativa, así el resfriado podría resultar de un desequilibrio en nuestros pulmones que han sido dominados por la nostalgia. Te compartimos las características principales de los cinco órganos.
Riñones
Su elemento es el agua, su víscera es la vejiga, su emoción positiva es la voluntad o la responsabilidad y la emoción negativa es el miedo.
Hígado
Su elemento es la madera, su víscera es la vesícula, su emoción positiva es la decisión o determinación y la emoción negativa es la ira o cólera.
Corazón
Su elemento es el fuego, su víscera es el intestino delgado, su emoción positiva es la alegría y la emoción negativa es la tristeza.
Páncreas
Su elemento es la tierra, su víscera es el estómago, su emoción positiva es la reflexión y la emoción negativa es la obsesión.
Pulmones
Su elemento es el metal, su víscera es el intestino grueso, su emoción positiva es el recuerdo y la emoción negativa es la nostalgia o melancolía.
Nuestros órganos se relacionan entre sí, con su entorno y con el universo. La relación primaria tiene que ver con el ciclo del yin y el yang, la manera en la que circula la energía ancestral, aquella que nos da la vida a través del equilibrio: como es arriba es abajo, y aunque cada uno es su opuesto se contienen mutuamente.
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